El puerto de Colladoespina se localiza en la divisoria de los municipios de Arredondo y Ruesga y en siglos pasados fue lugar de despiste del contrabando de las zonas altas pasiegas
Desde allí partían tres caminos distintos hacia Bustablado, el dela Canal de Lloredio, el de la Canal de de la Mazuela y el de Espinajones, así como otros tres hacia Calseca, la royo el Cullao y Bordillas. Primero los carabineros y después la guardia civil no fueron capaces de controlar el contrabando que pasaba por este puerto. Durante la Guerra de la Independencia , los franceses otorgaban a los ayuntamientos un reparto vecinal para el mantenimiento de sus tropas y por aquella época, San Roque de Río Miera era un núcleo muy poblado y tenía categoría de villa, si bien ya no eran los tiempos de prosperidad que caracterizaron al reinado de Carlos III.
Los franceses lo desconocían y les impusieron la cantidad de cuarenta mil reales con una semana de plazo. Ante tal suma de dinero y ante la imposibilidad de recaudarlo, viéndose en apuros recurrieron al guerrillero Campillo y éste se reunió con sus hombres de confianza en el puerto de Colladoespina para tratar aquel asunto tan delicado. Todos daban su opinión sobre los hechos, si bien fue determinante la decisión de los mozos de Bordillas ya que eran buenos conocedores del terreno y entonces le dijeron a Campillo que ellos le llevarían al lugar donde se podía atacar a la guarnición francesa y le prometieron que entre los guerrilleros haciendo bien las cosas no habría ninguna baja y Campillo sin hacerles más preguntas les dijo que le condujeran a ese sitio y por Vernayán por el somo Bordillas y a Bordillas abajo hasta el sendero donde tiene Bordillas la salida para bajar a Ajanedo, por allí pasaron y en esta zona instalaron el campamento desde cuya peña de arriba se veían bien los caminos de Ajanedo y Solapeña, de tal forma que ellos no fueran vistos por los franceses.
Vista de la costa santanderina desde Collaoespina |
Desde allí partían tres caminos distintos hacia Bustablado, el de
Los franceses lo desconocían y les impusieron la cantidad de cuarenta mil reales con una semana de plazo. Ante tal suma de dinero y ante la imposibilidad de recaudarlo, viéndose en apuros recurrieron al guerrillero Campillo y éste se reunió con sus hombres de confianza en el puerto de Colladoespina para tratar aquel asunto tan delicado. Todos daban su opinión sobre los hechos, si bien fue determinante la decisión de los mozos de Bordillas ya que eran buenos conocedores del terreno y entonces le dijeron a Campillo que ellos le llevarían al lugar donde se podía atacar a la guarnición francesa y le prometieron que entre los guerrilleros haciendo bien las cosas no habría ninguna baja y Campillo sin hacerles más preguntas les dijo que le condujeran a ese sitio y por Vernayán por el somo Bordillas y a Bordillas abajo hasta el sendero donde tiene Bordillas la salida para bajar a Ajanedo, por allí pasaron y en esta zona instalaron el campamento desde cuya peña de arriba se veían bien los caminos de Ajanedo y Solapeña, de tal forma que ellos no fueran vistos por los franceses.
Faltaban cuatro días para la entrega del dinero y dos días les llevó preparar la artillería. Sabían que día venían los franceses a San Roque pero desconocían la hora. Entonces Campillo y sus colaboradores que ya tenían la emboscada preparada, se ubicaron en las tetas de Liérganes y en las cabeceras de Mirones y cuando venían por Liérganes los franceses Campillo ya lo sabía. A la altura de Mirones, ya estaban todos preparados para el ataque y prestos para las órdenes del guerrillero. Al atravesar los franceses el límite de Ajanedo y ya en territorio de Ruesga comenzó el ataque. Imagínense trescientas personas preparadas durante cuatro días lanzando con ímpetu piedras desde la peña a los enemigos. Los franceses que sobrevivieron huyeron y viendo los difíciles accesos que tenía San Roque tanto por las Cascajosas como por el Portillo de Lunada, así como la endiablada resistencia de aquellos guerrilleros, se olvidaron de los cuarenta mil reales.
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