martes, 23 de agosto de 2011

HOMENAJE AL SACERDOTE D. RICARDO BÁRCENA, PÁRROCO DE CALSECA

Miera rindió homenaje a su párroco y le dio las llaves de su nuevo hogar

Más de 600 vecinos mostraron su agradecimiento a Ricardo Bárcena por la labor pastoral realizada en la localidad durante seis décadas





Miera se volcó en el homenaje a su cura, Ricardo Bárcena, que ya suma más de 59 años a su lado y el sábado vivió un día irrepetible. Y es que el pueblo, por el que habitualmente transitan 70 habitantes, recibió a más de 600 personas que quisieron reconocer la dedicación a Miera del párroco durante todo este tiempo, casi seis décadas, pero, sobre todo, devolverle el cariño que, en algún momento de sus vidas, les ha entregado desinteresadamente 'don Ricardo'.
El homenaje comenzó con una misa presidida por el obispo de Santander, Vicente Jiménez, a quien acompañaron el propio Ricardo y algunos de sus mejores amigos, entre los que se encontraba su predecesor en Miera.
Tras el oficio religioso, se proyectó en la propia iglesia un vídeo reportaje que repasó toda su trayectoria al frente de la parroquia. Desde que llegó, allá por el año 1952, montado en su yegua 'Calcetines', hasta nuestros días, sin olvidar su importante labor como maestro. Unas imágenes que avivaron la emoción de todos los congregados, pues raro era no encontrar a alguien a quien don Ricardo no les hubiese bautizado, dado la primera comunión o casado. En algunos casos hasta las tres sacramentos.
Pero esto era únicamente el principio de un intenso día. Las sorpresas para el cura se sucedieron a la salida del templo.
Así, uno de los momentos más especiales se vivió al descubrir un busto realizado por la escultora torrelaveguense Alma Campuzano. Una escultura que, a partir de ahora, verá todos los días, pues se encuentra justo al lado de la puerta de su nueva casa.
Su nuevo hogar
La inauguración de ese hogar era el acto más esperado del homenaje. No en vano los vecinos del pueblo llevaban meses rehabilitando la planta baja del edificio municipal, conocido como 'La Celda', como la mejor muestra de su agradecimiento al cura. Y es que sus feligreses querían que dejara de ver la vida desde la pensión en la que reside desde hace tres décadas y gozara de un espacio propio para recibir a las visitas como era su anhelo.
Aurelio Gómez, vecino de Miera, entregó las llaves a un emocionado Ricardo que a duras penas pudo reprimir las lágrimas.
Hubo otros reconocimientos. Entre ellos, el que le rindió la corporación municipal, que le regaló un diploma y una insignia de oro conmemorativos de su nombramiento como hijo adoptivo de la localidad. Asimismo, se descubrió una placa con su nombre en la plaza que también le han dedicado. Como broche, se celebró una multitudinaria comida a la que asistieron más 400 personas y que contó con la presencia del presidente del Gobierno regional, Ignacio Diego.

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