jueves, 3 de marzo de 2011

ETIMOLOGÍA DEL TOPÓNIMO CALSECA

 
Según el Diccionario de la Real Academia de la Historia, “calseca” o “calseco”, es un adjetivo que significa curado con cal. Sin embargo, podría tener un origen latino y proceder de la palabra “callis”, que significa sendero. El etnógrafo cántabro Adriano García-Lomas cree que en su origen pudiera significar “cauce o canal abierto a azada para que corran por él las aguas llovedizas”. Atendiendo a la formación sintáctica del vocablo y teniendo en cuenta que se trata de una palabra compuesta del sustantivo “cal” y del adjetivo “seca”, bien podría derivar de “calero” u horno de cal.

Calseca en el Diccionario Geográfico, Estadístico-histórico de España, de P. Madoz.

Aldea del municipio de Ruesga. Dista 18 kilómetros de la capital municipal. Presenta una altitud de 420 metros sobre el nivel del mar. Cuenta con una población de hecho de 112 habitantes. (GEC II, p. 76)

La evolución reciente de su población ha sido: 1986, 108 habitantes; 1991, 81 habitantes; y 1999, 70 habitantes. Presenta, pues, una dinámica demográfica muy regresiva. Según el Padrón Municipal, actualizado a 1999, el 16 % de su población tiene menos de 15 años; el 70 % entre 15 y 64 años; y el 14 %, 65 o más. La edad media de sus residentes es de 43 años. Cuenta con 27 viviendas familiares, todas ellas principales. (GEC IX, p. 138). 


miércoles, 2 de marzo de 2011

CENTRO DE DINAMIZACIÓN RURAL: ALBERGUE DE CALSECA



El albergue de Calseca, ubicado en las antiguas escuelas del pueblo,  persigue fomentar iniciativas con las que, por una parte, atraer visitantes a esta bella y desconocida zona de Cantabria, y, por otra, configurar un programa de ocio para los vecinos de Calseca.

El proyecto se encuentra, así, en una primera fase, en la que lo importante es mantener activo el albergue.Posteriormente,las ideas irán fraguando en cursos de formación, especialmente relacionados con el agroturismo, actividades culturales y de ocio… y un plan de iniciativas turísticas para mostrar los encantos y las particularidades del valle, implicando en su puesta en marcha también a los vecinos de la localidad y de otras próximas.

Con respecto a las actuaciones más relacionadas con el centro de desarrollo rural que es el albergue, en torno a él se celebraron este año las fiestas del 20 de agosto de Calseca, organizadas por la asociación de vecinos. Salto pasiego y corta de troncos, actuaciones de grupos de danzas, de pandereteras y gaiteros, certamen de pintura infantil, romerías y concurso de marzas, entre las actividades que se disfrutaron y que hicieron participar a vecinos y visitantes.

El centro se va constituyendo, así, poco a poco en punto de encuentro y de reunión del pueblo, además de pilar sobre el que estructurar un plan de acción para la dinamización social de la zona, alejada de núcleos de población amplios y con dificultades para albergar tanto iniciativas formativas como actuaciones culturales o exposiciones de ningún tipo.








PREHISTORIA EN CALSECA




El hombre paleolítico dejó su huella en Calseca, donde utilizó algunas de sus cavidades como asentamiento estacional, aprovechando la retirada de los hielos en verano. Los restos arqueológicos que se han documentado en los abrigos rocosos de este escarpado relieve, muestran la presencia de homo sapiens en el alto Miera.
En este enclave que el municipio de Ruesga tiene en el Valle del Miera el C.A.E.A.P. ha verificado la existencia de varias cavidades con algún tipo de indicios de yacimiento arqueológico en superficie. En la Hazuca y Cueva Vieja los restos recuerdan la industria del Paleolítico Medio o inicios del Superior, también con Bronce la primera de ellas; del Bronce o Hierro sería La Lastra II; La Mora presenta rasgos del Hierro y manifestaciones esquemáticas en sus paredes. La Hazuca II es asimilable al Aziliense; Los Hornos a la época indígeno-romana. La Cueva de los Moros tiene restos prehistóricos de edad no determinable por simple observación (MUÑOZ et alii 1987).

 

Bibliografía:


FERNANDEZ ACEBO, V. (1995): "Restos arqueológicos y arquitectura antigua en las estribaciones del Castro Valnera. Notas para el conocimiento de las antiguas culturas asentadas en tierras merachas y pasiegas. Boletín del Museo de las Villas Pasiegas Nº 23, Asociación Científico-Cultural de Estudios Pasiegos. Santander.








ESPELEOCALSECA

En San Roque de Rìo Miera arrancan dos valles. Uno de ellos asciende a la aldea de Calseca y el barranco de Paso Malo; el otro al enclave de Valdició. Entre ambos se eleva altivo el Porracolina (1415 m) y sus amplios costados de vegetación rala, dominando las moles calizas esculpidas por lapiaces donde asoman de tanto en tanto los bosques de hayas. La parte inferior de estos valles acoge asentamientos dedicados a la ganadería.

Desde 1981, una carretera sustituye el viejo camino empedrado que llevaba hasta Calseca, facilitando al tiempo el acceso a Valdició. En 2006 la pista ha sido prolongada hasta las cabañas de Bucebrón, antes de empalmar con la que proviene desde Bustablado, al norte. En el presente constituye una verdadera ruta de enlace etre los valles de Miera y Bustablado.






Historia de las exploraciones

Los primeros rastros de exploraciones espeleológicas en la zona parecen remontarse a 1965, con el paso del Grup d’Exploracions Subterrànies del Club Muntanyenc Barcelonès (GES) por la Cueva del recuistro, en el Alto de Porracolina, y el descenso de la Torca de la Yusa, en la falda de la Porra.

De 1980 a 1982, la Societat Espeleológica de València (SEV) explora numerosas simas (Torca Larga…) en los flancos del Porracolina.

A partir de 1988, y sobre todo entre 1992 y 1993, el S.C. Dijon realiza prospecciones esporádicas en los altos que dominan Valdició, coincidiendo con las campañas que entonces desarrollaba en la Cueva del Hoyo Salcedillo (véase sector 7).

En 2005 y 2006, el grupo catalán G.E. Rubí explora una importante sima, la Torca del Tejón (-501 m) y su importante pozo de 346 m.

2008 marca el retorno de los espeleólogos franceses, con la vuelta a las exploraciones de la Torca del Gran Damocles.


MONUMENTO A LA VACA PASIEGA EN COLLAOESPINA

La vaca pasiega reina de nuevo en Los Machucos


El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, acompañado por el consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Biodierversidad, Jesús Oria, participó ayer en la IV Fiesta de Los Machucos, que, como es tradicional, se celebró en el camino que une las localidades de Bustablado de Arredondo y Calseca de Ruesga, inaugurado en 2007 por el propio presidente.
En esta ocasión, Revilla inaguró un parque y un monumento a la vaca pasiega, una de las señas de identidad de este valle, en un paraje situado a una altitud desde la que se divisa la costa cántabra entre Santander y Santoña.

CALSECA: MEMORIA GRÁFICA



Familia Pérez Setién
 
























Calseca
Vecinos de Calseca junto a la iglesia de los Barrios, ca. 1940




  















Inauguración de las Escuelas de Calseca en 1968. Visita del inspector de Educación, Sr. Cabrales.



El inspector de educación Sr. Cabrales, el arquitecto Sr. Lastra y otras autoridades regionales en la inauguración de las Escuelas de Calseca. 1968.




Inauguración de las Escuelas de Calseca en 1968



Rancho de la Llusa (Mortero). Espeleólogos catalanes, Urrutia y Ullastre, en la torca de la Llusa, ca. 1965.




Grupo de vecinos de Calseca en la torca de la Llusa ca. 1965




Féliz Pérez Abascal y Encarnación Pérez Ruiz en la finca del Tujo (ca. 1960).


Las Sutiegas (ca. 1990). Amparo Setién, Joselón, Pili, Cuquis y Cruz



Las Sutiegas (ca. 1980). De izquierda a derecha y de abajo a arriba: Encarnación Lastra, Rosa, Antonio Baruín, José Pérez, Amparo Setién, Joselón y Féliz Pérez.



Joselón
 

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Juan Manuel y "El Ferroviario" en Lille
















 


LOS LOBOS BAJAN AL VALLE Y MATAN SIETE OVEJAS EN CALSECA DE RUESGA

Milagros Pérez Samperio rompió a llorar frente a su finca de Calseca de Ruesga. Frente a ella se encontraban siete ovejas desangradas y descarnadas. Devoradas por los lobos. Eran algunos de sus mejores animales. Preñadas y a punto de parir. El ataque se había producido al amanecer. Y los animales no habían tenido piedad. Marcas en el cuello, pescuezos desgarrados, huellas de animales desesperados en la tierra, pelaje atrapado en la alambrada ovejera que delimita sus prados... No había lugar a la duda. Los lobos se habían cebado, otra vez, con sus ovejas. Hace quince días que habían aparecido muertas otras cinco ovejas también del mismo rebaño.