jueves, 31 de marzo de 2011

LOS MONTES DE CALSECA




A LA JUNTA VECINAL DE CALSECA DE RUESGA

Yo, José Pérez Setién, que fui presidente de la Junta Vecinal de Calseca de Ruesga entre 1963 y 1983, juro por mi honor y conciencia que el monte La Canal y los terrenos comunes que había en Calseca eran propiedad de esta Junta Vecinal  de acuerdo con todos sus vecinos. En aquella época se hizo una subasta en el monte La Canal para poder hacer la escuela del pueblo. Los trámites para poder hacer la subasta los llevó a cabo ICONA. No se tuvo que contar para nada ni con el ayuntamiento de Ruesga ni con el ayuntamiento de Soba. Los trámites fueron hechos íntegramente por la Junta Vecinal de Calseca. El ayuntamiento de Ruesga no descontó nada a la Junta Vecinal de Calseca por ser los montes  propiedad de esta.

En aquella época como presidente de esta Junta Vecinal, otorgué varios permisos para construir cabañas y para hacer fincas en los terrenos comunes del pueblo. Como presidente de esta Junta Vecinal lo firmaba y sellaba y al año siguiente ya lo podían pasar por el Registro de la Propiedad. Como esto hacíamos todos los trámites y ni el ayuntamiento de Ruesga ni ICONA no objetaron nada al respecto. En estos terrenos tenía más competencias el pueblo de Calseca que ICONA y el ayuntamiento de Ruesga.

Yo desearía que antes de verlo cambiado, ver la firma y el sello de la persona e institución que ha decidido pasar los montes en común con Valdició. Valdició en aquellos tiempos tenía que pagar unos consumos a Soba y cuando realizaban una subasta en los montes les cobraban un tanto por ciento y a nosotros jamás nadie nos pidió nada.

En cierta ocasión la Junta Vecinal de Calseca hizo un consorcio con el entonces Distrito Forestal. Este último se comprometía a abrir la carretera de Calseca y la Junta Vecinal de este pueblo, se comprometía a su vez a dar al Distrito Forestal novecientos carros de terreno para que esta hiciera por su cuenta una plantación de árboles. Sin embargo, por entonces nuestra relación con los diputados Bernó de UCD y Solana del PRC, quienes emprendieron las diligencias oportunas para que se encargara de la obra la entonces Diputación Provincial de Santander, que finalmente haría. No se llevó a cabo, por el contrario, la plantación de árboles. El documento que la Junta Vecinal había suscrito con el Distrito Forestal quedó registrado en el libro de actas de esta junta vecinal cuando el que suscribe abandonó la Junta Vecinal.

Y para que conste, lo firmo en Calseca, a 20 de noviembre de 2010


Fdo.: José Pérez Setién

SIN ACCESOS A LAS VIVIENDAS DE CALSECA EN EL SIGLO XXI

Los vecinos de Calseca (Ruesga) dicen sentir envidia de los de Valdició (Soba), por sorprendente que parezca. Unos y otros carecen de muchas cosas, pero éstos, al menos, pueden acceder a sus viviendas por carretera o, en el peor de los casos, a través de una pista forestal.

En Calseca, en cambio, no todos pueden hacerlo. Algunas casas no disponen de pista forestal y el acceso a las mismas sólo es posible a través de un camino peatonal que, campo a través, cruza por prados y veredas. El camino en realidad no existía como tal, pero, de tanto andar sobre la hierba, de tantas idas y venidas, las huellas humanas han ido dibujando su trazado sobre el terreno.

En Calseca y en Valdició, los viejos problemas de siempre, que hasta fechas bien recientes identificaban a unos y otros, por compartidos, han ido solucionándose en unos casos, pero no en otros. En pleno siglo XXI, tener accesos a la vivienda propia sigue siendo motivo de envidia para algunos, como si algo tan básico y necesario constituyera de hecho un privilegio.

En Cantabria, el siglo XXI se resiste a entrar en algunos lugares, como si la marea del progreso no alcanzara a cubrir los confines territoriales de esta tierra. ¿Cómo para no sentir envidia!

Camino de cabras

En el pueblo de Calseca viven cuarenta personas, repartidas en una docena de viviendas. Hay otras casas y cabañas, pero han sido abandonadas o se utilizan únicamente como alojamientos de fin de semana. Sólo una docena de inmuebles tienen la condición de primera residencia.

José Pérez Samperio, "Pepín"  


En una de ellas habitan Cipriano y Carmina, junto con sus dos hijos. La suya es una de las viviendas a las que no es posible acceder en vehículo, ni siquiera en un todoterreno. Para llegar es preciso recorrer un largo camino, por supuesto cuesta arriba, desde el punto exacto en el que ha quedado estacionado el vehículo hasta la entrada misma al inmueble. En torno a 400 metros de camino a través del campo.


En días soleados, el recorrido puede convertirse en un hermoso paseo. Al fin y al cabo, el paisaje circundante agrada va cualquiera y quien lo recorra, podrá contemplar la naturaleza en su vertiente más hermosa y espontánea.


En días lluviosos, en cambio, el camino se torna tortuoso. El barro hace el sendero impracticable y caminar se convierte en un riesgo, incluso, debido a los posibles patinazos. Usar una hermosa vara de avellano, como apoyo, resulta imprescindible al andar por estos terrenos.


Carmina observa el camino y recuerda aquellos años en que sus hijos, de niños, iban a la escuela cada mañana por éste mismo camino. «Esta cría salía de casa a las seis de la mañana», indica en referencia a su hija Verónica, que asiste a la conversación desde la puerta.


Ahora, el problema es que, si un viernes sale a Selaya por la noche, con la cuadrilla de amigas, el regreso a casa debe de hacerlo sóla, por el sendero, con una triste linterna. «Ya me conozco el camino», afirma Verónica, tomándoselo con humor.


A diario, la falta de accesos no genera menos problemas. «La compra hay que subirla desde Liérganes. Mi marido, mira qué camino tiene para sacar las vacas a la feria y la leche hay que bajarla dos veces al día con un mulo», explica Carmina.


Por no hablar de las enfermedades: «Cuando mi marido se operó de apendicitis, el practicante no quería subir a casa». Un 'día a día' muy complicado, como puede verse.


En esas condiciones, no han de extrañar las quejas de Carmina cuando afirma que «tengo ahí arriba cabañas con cabras que tienen pistas, y la casa no». Según ella, «puede haber otras entradas iguales, pero peores no las hay».


En otra zona


Para Carmina y Verónica, las voces femeninas de la familia, la solución al problema de los accesos es «la solución a todos los males». Pero su vivienda no es la única que viven en esta situación, ya que en otra zona del pueblo, antes de llegar al cruce con San Roque de Riomiera, llegando desde Liérganes, un par de casas padecen el mismo drama.


De hecho, hace sólo unos días fue preciso sacar a hombros a un anciano, aquejado de mareos. Como la ambulancia no podía llegar hasta la puerta de la casa, entre varios vecinos lo sentaron en una silla y lo llevaron 'en andas', como sucede en las procesiones religiosas con la imagen del santo. Una imagen cómica, pero dura al mismo tiempo.


Si a todo el mundo le asusta pensar en los años y en la enfermedad, mucho más a quien vive en un lugar solitario y hasta cierto punto incomunicado.


Promesas y soluciones


Todos ellos quieren soluciones y, de hecho, han recibido promesas muy diversas en los últimos tiempos.


Quienes se encuentran más próximos a la carretera llegaron a ver las palas trabajando, incluso. Fue hace casi un año. Luego, en diciembre, «después de unos días de trabajo, dijeron los obreros que se iban de vacaciones y no han vuelto». «Han destrozado el prado pero no han solucionado nada», afirman.


Pepín, un vecino del lugar, todavía recuerda las promesas de los políticos: «Hace cinco años que dijo Revilla que llegarían las carreteras y las pistas a todas las casas, y mira cómo estamos».


«En Valdició si tienen carreteras», recuerda Carmina. La suya es una obsesión, porque nadie pone remedio a un problema que vive y sufre todos los días del año. «Me echo a temblar pensando que llega otro invierno».


Fue el propio alcalde de Ruesga, Ramón Ochoa, quien le prometió una solución, pero el problema sigue en sus mismos términos. Carmina insiste en que en otros lugares se han resuelto estos inconvenientes: «No sé qué alcaldes tienen». Al acabar, Carmina ofrece palos a todos. Son imprescindibles para bajar. Y se despide: «No vayan a caerse».

El Diario Montañés, 19 de septiembre 2008

INAUGURACIÓN DE LA PISTA QUE CONECTA CALSECA CON BUSTABLAO

El presidente de Cantabria, Miguel Angel Revilla , acompañado por el consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Biodiversidad, Jesús Oria, inauguró ayer el camino que conecta Bustablado y Calseca, en el municipio de Arredondo.
 
Tras subrayar los valores naturales y paisajísticos de Cantabria y, en particular, los del entorno que circunda esta carretera, el presidente avanzó que también se mejorarán los accesos de la carretera autonómica que conduce hasta Calseca. Junto a Revilla y Oria participaron también en la inauguración de este camino el alcalde de Arredondo, Luis Alberto Santander, junto con diversos miembros de la Corporación municipal, así como los alcaldes de Medio Cudeyo, Solórzano, Ruesga y San Roque de Riomiera, además de numerosos vecinos de la zona.

El vial inaugurado es el último tramo del camino de 'Los Machucos', que une los valles de Miera y el Asón y cuenta con casi 11 kilómetros de longitud. La Consejería de Desarrollo Rural ha invertido un total de 1,1 millones de euros.

El objetivo principal de este vial es facilitar el acceso mecanizado a las distintas zonas de pastizales.
 
 
 

domingo, 27 de marzo de 2011

CABAÑAS Y CONSTRUCCIONES

CUBÍOS

 


Cubío del Hoyuco negro
 
Construcción popular pasiega. Se trata de covachos naturales o artificiales, empleados para natar la leche y conservar los productos elaborados con ella. En la actualidad, esta función se ha abandonado y muchos presentan un estado ruinoso. En Calseca se conservan una veintena de cubíos que catalogaremos en esta sección dedicada a la arquitectura pasiega, indicando bajo la foto, la finca donde se ubica. En algunos casos, aprovechan la orografía del relieve calcáreo como parte de su estructura constructiva, apareciendo algunos semienterrados, rematándose con grandes lajas de piedra.

 
Cubío de Las Sutiegas
 










Cubío de Campizollano











Cubío de Vellanadío






























CABAÑAS PASIEGAS

La cabaña pasiega es la construcción característica del hábitat de esta zona. Sus orígenes se remontan a la primitiva domus pastorum, una sencilla estructura pastoril conocida como chuzón, que servía de refugio en las brañas y zonas de pasto de altura. Su evolución dió paso al cabaño, de una sola planta y con un pajar sobre la cuadra, donde se situaba un pequeño refugio para el pastor. Sin escalera exterior, el acceso al pajar se realizaba por una escalerilla interior de mano. 
La braniza es la referencia más próxima a la cabaña actual. Surge en los puertos de altura ligada a las formas de vida pasiegas, a la muda estacional y a las condiciones climáticas. La cabaña o casa vividora no es más que una repoducción a mayor escala de la braniza, ampliándose su espacio interior y distribución, destinando ahora una parte de la misma a residencia de los propietarios.

Cabaña rehabilitada en el Canjilón


Cabaña del Esquilón

Cabaña de la Colladía

Cabaña de Las Llanas

Cabaña del Arenal 1

Cabala del Arenal 2

Aljibe de la cabaña del Arenal 1
 
Inscripción en una puerta de Las Sutiegas
J (uan) S(etién) A(bascal)


 



Casa de la Maza




SALTADERO

En el tapial de una finca, piedra plana y pasadera para falicitar el acceso a la misma. 

 

Saltadero en Las Sutiegas

















    











 

domingo, 6 de marzo de 2011

PATRIMONIO ARTÍSTICO RELIGIOSO

La Asunción (Nuestra Señora de los Barrios) en Valdició y Calseca es un templo de una nave con capilla mayor rectangular de tradición gótica, cubierta por una bóveda de crucería. Fue reedificada en el siglo XVIII; alberga un retablo mayor rococó contemporáneo a la reconstrucción de la iglesia. A los pies del edificio se abre el pórtico, que comunica con la portada de ingreso, abierta en arco de medio punto coronado por una cruz latina. Tiene una pequeña sacristía en el lado del Evangelio.


Iglesia de Ntra. Sra. de los Barrios
 
En 1785 se menciona "la nueba ygesia de Nª. Sª. de los Varrios de Valdició y Calseca", lo que sugiere una construcción de nueva planta. En 1786 se concluía la sacristía.


En su interior conserva un retablo mayor de estética rococó, con decoración de placas cartilaginosas y rocallas. Los santos Pedro y Pablo en el ático, podrían pertenecer a la obra original del siglo XVIII.




Retablo mayor

Nuestra Sra. de Los Barrios

En septiembre de 1999, se llevó a cabo la restauración del retablo mayor e imaginería religiosa a cargo del Taller Itinerante de Restauración del Museo Diocesano. Durante el transcurso de estos trabajos de limpieza y conservación, se descubrieron unas pinturas murales del siglo XVIII tras el retablo mayor. La restauración también incluyó la reparación de la cubierta y la portada del templo. Recientemente, se procedió a la restauración de los retablos laterales. El de la derecha, alberga la talla de san Antonio traída de la vieja ermita de San Antonio, que se encontraba en el lugar de La Maza.  A la derecha de la puerta de ingreso, una placa epigráfica recuerda la inauguración de las obras a las que asistieron el entonces obispo de la Diócesis, D. José Vilaplana y el consejero de Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria, D. Francisco J. López Marcano.


Retablo lateral
Pinturas murales






 
 
 
 
 
 
 

Retablo lateral de San Antonio


 



















 
Por último, dentro de la arquitectura religiosa popular, en la finca de la Lluca se conserva un humilladero del siglo XIX en piedra de sillería bien labrada. No tiene ninguna inscripción que recoja la fecha de su construcción como suele ser habitual en este tipo de asubiaderos. Conserva en su interior una cruz de madera.




Humilladero en La Lluca

Dentro de los objetos litúrgicos destaca un cáliz conservado en Los Barrios, que lleva una inscripción contorneando la base del pie, donde se recoge el nombre del donante y la fecha: "Este cáliz es de S. Viz(en)te Mártir, lo dio a su d(e)boz(i)on Don B(ernar)do de la Vega, año 1726".




Cáliz con inscripción (1726)






















Cementerio de Calseca y Valdició











jueves, 3 de marzo de 2011

MARCO GEOGRÁFICO

Calseca es una pequeña aldea de montaña enclavada entre los municipios de San Roque de Riomiera, Miera, Soba y Arredondo, pero es un territorio que a efectos administrativos pertenece al Ayuntamiento de Ruesga. Su extensión es de 9,3 km2. Se encuentra a una altitud de 420 m. sobre el nivel del mar. Las costumbres de sus gentes son similares a las de la zona pasiega, con la práctica de la trashumancia y tienen poco en común con los de la zona del Asón. Todavía en el siglo XIX se describía a sus habitantes como pasiegos, que se dedicaban a la granjería y contrabando.



Su relieve es muy accidentado, con alturas que superan los 1.400 m. como ocurre con la elevación de Porracolina (1.408 m.). El poblamiento se caracteriza por la dispersión y destaca en el paisaje la tradicional cabaña pasiega diseminada en medio de extensas praderías. Este enclave es uno de los más lluviosos de Cantabria, con precipitaciones por encima de los 2. 000 mm./año, con nieve abundante, aunque con rápidos deshielos por efectos del viento sur.

El límite con Soba lo marca el Calseca, pequeño afluente del río Miera. El límite con Arredondo lo forma la red hidrográfica de las cuencas del Asón y del Miera. El límite con San Roque de Río Miera lo establece el río Miera. 



ETIMOLOGÍA DEL TOPÓNIMO CALSECA

 
Según el Diccionario de la Real Academia de la Historia, “calseca” o “calseco”, es un adjetivo que significa curado con cal. Sin embargo, podría tener un origen latino y proceder de la palabra “callis”, que significa sendero. El etnógrafo cántabro Adriano García-Lomas cree que en su origen pudiera significar “cauce o canal abierto a azada para que corran por él las aguas llovedizas”. Atendiendo a la formación sintáctica del vocablo y teniendo en cuenta que se trata de una palabra compuesta del sustantivo “cal” y del adjetivo “seca”, bien podría derivar de “calero” u horno de cal.

Calseca en el Diccionario Geográfico, Estadístico-histórico de España, de P. Madoz.

Aldea del municipio de Ruesga. Dista 18 kilómetros de la capital municipal. Presenta una altitud de 420 metros sobre el nivel del mar. Cuenta con una población de hecho de 112 habitantes. (GEC II, p. 76)

La evolución reciente de su población ha sido: 1986, 108 habitantes; 1991, 81 habitantes; y 1999, 70 habitantes. Presenta, pues, una dinámica demográfica muy regresiva. Según el Padrón Municipal, actualizado a 1999, el 16 % de su población tiene menos de 15 años; el 70 % entre 15 y 64 años; y el 14 %, 65 o más. La edad media de sus residentes es de 43 años. Cuenta con 27 viviendas familiares, todas ellas principales. (GEC IX, p. 138). 


miércoles, 2 de marzo de 2011

CENTRO DE DINAMIZACIÓN RURAL: ALBERGUE DE CALSECA



El albergue de Calseca, ubicado en las antiguas escuelas del pueblo,  persigue fomentar iniciativas con las que, por una parte, atraer visitantes a esta bella y desconocida zona de Cantabria, y, por otra, configurar un programa de ocio para los vecinos de Calseca.

El proyecto se encuentra, así, en una primera fase, en la que lo importante es mantener activo el albergue.Posteriormente,las ideas irán fraguando en cursos de formación, especialmente relacionados con el agroturismo, actividades culturales y de ocio… y un plan de iniciativas turísticas para mostrar los encantos y las particularidades del valle, implicando en su puesta en marcha también a los vecinos de la localidad y de otras próximas.

Con respecto a las actuaciones más relacionadas con el centro de desarrollo rural que es el albergue, en torno a él se celebraron este año las fiestas del 20 de agosto de Calseca, organizadas por la asociación de vecinos. Salto pasiego y corta de troncos, actuaciones de grupos de danzas, de pandereteras y gaiteros, certamen de pintura infantil, romerías y concurso de marzas, entre las actividades que se disfrutaron y que hicieron participar a vecinos y visitantes.

El centro se va constituyendo, así, poco a poco en punto de encuentro y de reunión del pueblo, además de pilar sobre el que estructurar un plan de acción para la dinamización social de la zona, alejada de núcleos de población amplios y con dificultades para albergar tanto iniciativas formativas como actuaciones culturales o exposiciones de ningún tipo.








PREHISTORIA EN CALSECA




El hombre paleolítico dejó su huella en Calseca, donde utilizó algunas de sus cavidades como asentamiento estacional, aprovechando la retirada de los hielos en verano. Los restos arqueológicos que se han documentado en los abrigos rocosos de este escarpado relieve, muestran la presencia de homo sapiens en el alto Miera.
En este enclave que el municipio de Ruesga tiene en el Valle del Miera el C.A.E.A.P. ha verificado la existencia de varias cavidades con algún tipo de indicios de yacimiento arqueológico en superficie. En la Hazuca y Cueva Vieja los restos recuerdan la industria del Paleolítico Medio o inicios del Superior, también con Bronce la primera de ellas; del Bronce o Hierro sería La Lastra II; La Mora presenta rasgos del Hierro y manifestaciones esquemáticas en sus paredes. La Hazuca II es asimilable al Aziliense; Los Hornos a la época indígeno-romana. La Cueva de los Moros tiene restos prehistóricos de edad no determinable por simple observación (MUÑOZ et alii 1987).

 

Bibliografía:


FERNANDEZ ACEBO, V. (1995): "Restos arqueológicos y arquitectura antigua en las estribaciones del Castro Valnera. Notas para el conocimiento de las antiguas culturas asentadas en tierras merachas y pasiegas. Boletín del Museo de las Villas Pasiegas Nº 23, Asociación Científico-Cultural de Estudios Pasiegos. Santander.








ESPELEOCALSECA

En San Roque de Rìo Miera arrancan dos valles. Uno de ellos asciende a la aldea de Calseca y el barranco de Paso Malo; el otro al enclave de Valdició. Entre ambos se eleva altivo el Porracolina (1415 m) y sus amplios costados de vegetación rala, dominando las moles calizas esculpidas por lapiaces donde asoman de tanto en tanto los bosques de hayas. La parte inferior de estos valles acoge asentamientos dedicados a la ganadería.

Desde 1981, una carretera sustituye el viejo camino empedrado que llevaba hasta Calseca, facilitando al tiempo el acceso a Valdició. En 2006 la pista ha sido prolongada hasta las cabañas de Bucebrón, antes de empalmar con la que proviene desde Bustablado, al norte. En el presente constituye una verdadera ruta de enlace etre los valles de Miera y Bustablado.






Historia de las exploraciones

Los primeros rastros de exploraciones espeleológicas en la zona parecen remontarse a 1965, con el paso del Grup d’Exploracions Subterrànies del Club Muntanyenc Barcelonès (GES) por la Cueva del recuistro, en el Alto de Porracolina, y el descenso de la Torca de la Yusa, en la falda de la Porra.

De 1980 a 1982, la Societat Espeleológica de València (SEV) explora numerosas simas (Torca Larga…) en los flancos del Porracolina.

A partir de 1988, y sobre todo entre 1992 y 1993, el S.C. Dijon realiza prospecciones esporádicas en los altos que dominan Valdició, coincidiendo con las campañas que entonces desarrollaba en la Cueva del Hoyo Salcedillo (véase sector 7).

En 2005 y 2006, el grupo catalán G.E. Rubí explora una importante sima, la Torca del Tejón (-501 m) y su importante pozo de 346 m.

2008 marca el retorno de los espeleólogos franceses, con la vuelta a las exploraciones de la Torca del Gran Damocles.


MONUMENTO A LA VACA PASIEGA EN COLLAOESPINA

La vaca pasiega reina de nuevo en Los Machucos


El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, acompañado por el consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Biodierversidad, Jesús Oria, participó ayer en la IV Fiesta de Los Machucos, que, como es tradicional, se celebró en el camino que une las localidades de Bustablado de Arredondo y Calseca de Ruesga, inaugurado en 2007 por el propio presidente.
En esta ocasión, Revilla inaguró un parque y un monumento a la vaca pasiega, una de las señas de identidad de este valle, en un paraje situado a una altitud desde la que se divisa la costa cántabra entre Santander y Santoña.

CALSECA: MEMORIA GRÁFICA



Familia Pérez Setién
 
























Calseca
Vecinos de Calseca junto a la iglesia de los Barrios, ca. 1940




  















Inauguración de las Escuelas de Calseca en 1968. Visita del inspector de Educación, Sr. Cabrales.



El inspector de educación Sr. Cabrales, el arquitecto Sr. Lastra y otras autoridades regionales en la inauguración de las Escuelas de Calseca. 1968.




Inauguración de las Escuelas de Calseca en 1968



Rancho de la Llusa (Mortero). Espeleólogos catalanes, Urrutia y Ullastre, en la torca de la Llusa, ca. 1965.




Grupo de vecinos de Calseca en la torca de la Llusa ca. 1965




Féliz Pérez Abascal y Encarnación Pérez Ruiz en la finca del Tujo (ca. 1960).


Las Sutiegas (ca. 1990). Amparo Setién, Joselón, Pili, Cuquis y Cruz



Las Sutiegas (ca. 1980). De izquierda a derecha y de abajo a arriba: Encarnación Lastra, Rosa, Antonio Baruín, José Pérez, Amparo Setién, Joselón y Féliz Pérez.



Joselón
 

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Juan Manuel y "El Ferroviario" en Lille